Entré en el amarillo
que se mecía en las olas del color
para masticar la música de la lluvia en la tierra,
y acompañado por el viento
los árboles me enviaron
al esperado lugar llamado ensoñación.
Descalzo camino cubierto de visiones,
nadando entre piedras sueño tras sueño,
en el umbral de las más perseguidas ilusiones,
fui todas las montañas, mares y desiertos.
Ayer devine azul,
en el húmedo espejo de las nubes
el océano celestial se oyó a lo lejos,
bajando por mi pecho abierto vi peces
cuando en mí la conciencia volvió diciendo:
entrégate ya, date por muerto.
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