
Me gusta amanecer pensando que me quieres;
me gusta abrir los ojos
me gusta abrir los ojos
sintiendo que me llevas en el pensamiento.
Abro mis ventanas a la brisa matinal de tu esperanza,
al vigor innato de esta pasión
que restablece mis quebrantos.
Miro el horizonte lejano,
esa larga línea matizada del azul profundo de los mares,
y pareciera que te encuentras fuera de mi alcance.
Busco en mis adentros la razón más genuina
para darle cabida a este sentimiento
que consume mis lamentos.
El eco de un palpitar resuena en mi pecho;
son tus palabras
que me dicen te quiero.