domingo, 23 de marzo de 2008

EL TIMÓN DE MI BARCA


Te he venido suponiendo,
y esta noche quiero presumirte
que al principio tan sólo te pensaba
pero que hoy contemplo en ti
el litoral a donde me dirijo.

Entre un sinfín de ríos con sus desvíos
por los vastos mares de mi vida
hoy continuo sin descanso
navegando hacia ti.

Estoy dejando de callar que te amo,
que me detienes bruscamente la respiración.
Que se dirige mi vida a tus puertos ufanos
donde apunta persistente mi embarcación.

Si me pierdo en medio de tus labios
y no me es posible volver a regresar,
me internaré en tus sendas secretas
a explorar tus fuentes, tus selvas y tu sed.

A mí ilusión que vuelve a amanecer,
extrañando tu aliento muchas veces más
de las que hubiera confesado ayer,
contemplo la simiente de tus ojos
y por fin siento que comienzo a ver.

Late mi existencia como pescador
que a diario le tiende a la vida
sus amplias redes de ultramar
donde reside la grandeza del poeta
que se ilumina a sí mismo;
viaja y sueña.

Ese es mi sueño preferido,
en el deleite de inventarte en mi prisión;
con el miedo latente en las sienes,
creyendo que nada me sucedió jamás.

En todos los días que me faltan,
sé mi faro por las noches negras,
déjame labrar mi nombre en tus arenas
y remontar descalzo tu sereno manantial.

Como si en verdad pudieras hacerlo,
toma el timón de mi barca,
arrebata el destino de mis velas,
y otórgame en tu tierra firme una señal.

Se dibujan todas las rutas asombrosas
en mi eterna senda solar,
signos auspiciados a través de mí:
lugares de brisa, oleaje y febriles días,
que invisibles conducen hacia ti.

1 comentario:

La Soñadora dijo...

Hola, recien descubro tu blog, es muy hermoso.

Erika

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